El espíritu del cholo: lo peor del mundo indígena y europeo juntos

Es innegable que el término ‘cholo’ adquirió ya un significado despectivo, y esa es una realidad que difícilmente va a cambiar. A fin de cuentas, ¿qué es un cholo? Es un individuo que no se adaptó bien, una mala copia, una mala mezcla. El indígena y el europeo asimilados en un mismo ser, pero ni siquiera en la mejor faceta de ambos mundos, sino en la peor.

Podría decirse que todo cholo comienza siendo indígena, pero también existe el reciente fenómeno del progre blanco que intenta asimilar la cultura indígena y empaparse de ella. Sin embargo, al ser precisamente un hecho moderno, no está muy asimilado dentro del concepto de ‘cholo’ (aunque cabe en él), así que nos referiremos únicamente al primer caso: el indio que se quiere volver europeo.

¿Qué es, pues, lo que caracteriza al cholo latinoamericano? Todo comienza con una fascinación del amerindio por la cultura occidental. Similar a la que tienen los coreanos cuando crean grupos de K-pop llenos de jóvenes cuyo talento secuestran las compañías explotadoras. Imitan lo peor de Occidente: banalidad, diversión excesiva, lujuria, degeneración, vacío, sinsentido.

Esa fascinación parte del ideal (natural, por supuesto) del nosotros vs. ellos : “Nuestra cultura pobre, atrasada y miserable frente a su cultura rica, avanzada y próspera”. Sin embargo, el indio no se pregunta por qué el europeo es como es, no intenta descubrir las raíces de su éxito. El europeo tampoco se preocupa de educarlo: solo quiere venderle cosas, que se adapte como sea.

En este sentido, podría decirse que el ‘ser cholo’ no es algo que dependa totalmente de la voluntad del indio: también lo es del blanco. El blanco con mentalidad anglosajona o mercantilista: el dinero es prioridad, el enriquecimiento es sano. Transformar a estos indígenas en ciudadanos cholos para que ellos puedan entender mi cultura y yo llenarme los bolsillos con él.

Sí, estamos hablando del cholo en Latinoamérica y citamos la mentalidad anglosajona, ¿por qué? Si bien nuestro contexto procede del choque cultural entre España y las Indias, es necesario recordar que muchas de las ideas secesionistas en los virreinatos estaban influenciadas por esta corriente de pensamiento, aunque sí es importante también tomar en cuenta ‘ lo afrancesado’: la mentalidad liberal de la Ilustración francesa.

El cholo moderno se caracteriza, por ejemplo, por ir en familia al cine los domingos y luego comprarle a sus hijos cuantos juguetes vea: los Vengadores, el hombre araña, Batman, etc. Juguetes de muy mala calidad que despiden luces saturadas y sonidos con calidad de los años 90. Por supuesto que, a algunas personas les despierta risas ver a una familia piel morena disfrutando de la cultura occidental. No se da cuenta, sin embargo, de lo igualmente ridícula que se ve la familia blanca superficial sin mayor fin en la vida que aprovechar los fines de semana para el entretenimiento banal.

Pero no solo el afán de comprar cosas es lo que adapta mal el indio cuando se hace cholo: también otros rasgos desdeñables que heredan de los europeos. Está, por ejemplo, la viveza criolla : ese afán por engañar a los demás y burlar las leyes para cumplir objetivos egoístas y placenteros. Ser ‘vivos’, ser ‘listos’, es una costumbre heredada del criollo virreinal hispanoamericano; al cholo le pareció bien adoptarla.

Ante tan triste forma de asimilar una cultura ajena, ¿es posible alcanzar el mestizaje sin hacer el ridículo? Por supuesto que sí, pero es muy difícil, dado que las circunstancias actuales no favorecen a ello. No hay suficientes estudios o análisis sobre la naturaleza del mestizaje y su aporte positivo a la humanidad; y los que existen, están sesgados para favorecer al sustento ideológico de la izquierda progresista.

Hay tendencias, hay corrientes recientes que buscan rescatar la importancia de lo mestizo para la identidad latinoamericana: Acción Legionaria en Perú era un ejemplo de ello. Rescataba mediante la ideología del crisolismo aquello que proviene de la mano española y de la indígena. A pesar de su éxito, el grupo se extinguió debido a diferencias internas.

Otro ejemplo podría ser el Centro de Estudios Crisolistas (CEC), de Colombia. Eso sí, esta iniciativa parece más influenciada por un (si así lo pudiéramos llamar) imperialismo ruso, impulsado por Alexander Dugin y su Cuarta Teoría Política. Mediante esta corriente ideológica, Dugin promueve la conformación de macrorregiones en el mundo, siendo la suya la euroasiática, y la nuestra la hispanoamericana. Y no es precisamente una configuración de bloques sustentada en ideales nobles.

¿Tiene entonces el mestizaje una salvación per se? Sea o no cholo, un mestizo tiene serios problemas de identidad que influyen muchísimo en su vida. El mestizo no se decide entre odiar a los europeos u odiar a los indígenas, en ambos casos por tener una identidad más sólida y un pasado más glorioso que el suyo. Si bien el mestizo latinoamericano surgió con la conquista de nuestro continente, el cholo moderno no tiene más de 200 años; no puede ir más allá del mito fundacional de la Guerra de la Independencia.

El mestizo en la época de los virreinatos (mal llamada ‘época colonial’) recibía una buena asimilación de la cultura europea. Aunque como afirma Ramiro de Maeztu en En defensa de la hispanidad, en cierto momento Hispanoamérica sintió que España estaba dejando de ser España, debido a su asimilación de cultura francesa, liberal y secular. Entonces, la confusión sobre su identidad auténtica fue oscureciendo al mestizo con el pasar de las décadas.

Es muy difícil saber si podemos salvar al cholo de su incertidumbre identitaria, lo cierto es que las burlas y señalamientos de la Derecha Alternativa estadounidense no ayudan, ni tampoco las del clásico derechairo hispanoamericano. Y no es que las políticas de “enriquecimiento cultural” de la izquierda progresista ayuden; al contrario, estas enaltecen la basura y promueven la idea de que está bien heredar elementos negativos de la cultura europea e indígena.

Solo nos queda profundizar más en el tema explorando a otros autores. Hay que crear cosmovisión, hay que sustentarla, pero no podemos inventar la rueda: debemos mirar hacia el pasado y darnos cuenta de lo que se hizo bien y se hizo mal. Entender mejor nuestra idiosincrasia nos va a ayudar a lograr mayor seguridad sobre quiénes somos y a qué debemos aspirar.

Originally published at https://www.mundorepubliqueto.com on January 3, 2020.